Pero esta vez te miraba desde la puerta de una habitación y estabas sentado sobre una cama. Parecías confundido mientras me explicabas que no fuiste quién me bloqueaste, luego te quedaste pensando y me miraste con tristeza. Tuve muchas ganas de abrazarte, pero sentí otra presencia, voltee y no había nadie.
Del baño privado salió tu enamorada y se hecho a tu lado llevando su mano a su barriga hinchada.
Era la barriga más enorme que había visto, su piel estirada a contra luz hacia que su barriga se ponga roja. No parabas de sobarla mientras me miraba y te miraba.
Y en mi sueño tus ojos me gritaban que estabas aterrado, que no fuiste tú quien me bloqueó de tus redes sociales. Y en mi sueño te miraba con tristeza, y ahí, en mi mente te abrazaba fuerte y te decía que no tengas miedo, que todo iba a estar bien, te abrazaba fuerte.
En mi mente.
Y trataba de transmitirlo con mi mirada pegada a la tuya. Pero ella me miraba también, así que me di la vuelta y te acostaste a su lado tocandole la panza.
Antes de cerrar la puerta me desperté, creo que sí la hubiera cerrado me hubiera levantado llorando.
